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mercredi 18 mars 2009

El ave Fénix según Andrés Ibáñez

Vincentius Bellovacensis, Speculum historiale (traduction Jean de Vignay), France, Paris, XVe siècle. Image BNF


que mueren y renacen en el fuego, lo niego

que son por su esencia inmortales y que su único alimento conocido son las llamas del fuego, lo niego de vista

que son criaturas de Dios y que mueren como todas las demás criaturas, y que su cuerpo y sus plumas se hacen cenizas y polvo, lo afirmo

que entran en las habitaciones de las mujesres en trance de dar a luz para darles aliento y alivio, y que eso ha sucedido muchas veces en Gerasa, Garonia y otros pueblos, lo afirmo de oídas

que hablan como los hombres, y lloran y suspiran como los hombres, lo afirmo

que pueden viajar hasta el sol, haciendo viaje de ida et vuelta en el término de un año, y que del sol traen sabidurías y palabras, lo niego

que tienen nombres igual que las personas, y que muchas veces se llaman unos a otros por sus nombres, lo afirmo de oídas

que gustan más de caminar sobre sus dos pies que de volar por las regiones del aire, lo afirmo por haberlo visto

que aman las flores y en especial las rosas, y que cultivan rosas para su deleite y solaz, lo niego

que se alimentan tan sólo de fruta y de flores, lo niego de vista, y que muchas veces atacan a vacas o caballos, lo afirmo de oídas; que una vez uno de ellos raptó a la mujer de un hacendado y la obligó a convivir como su esposa por espacio de siete años, la cual dio a luz siete huevos, en cada uno de los cuales nacieron cada vez un niño y un pájaro, lo afirmo, aun a pesar de ser contra natura, por hallarse esta historia recogida allí donde sólo verdades y grandezas del mundo se encierran

que muchas jóvenes hablan con los fénix a escondidas de sus madres, y que algunas vuelan en sus lomos como las brujas en sus escobas, lo afirmo por haberlo visto muchas veces

que existe una isla que es la patria de los fénix, y que está en el gran océano, más allá del mar de los Sargazos, cubierta eternamente por las nieblas, afirmo harberlo oído muchas veces

que muchas veces durante las batallas se ven aves fénix volando en el cielo, afirmo haberlo oído muchas veces

según Apolodoro, en los tiempos antiguos, los hombres y los fénix vivían juntos; existía una palabra que significaba al mismo tiempo "hombre" y "ave fénix", y tanto las mujeres de los hombres como las hembras fénix, ponían huevos, de los que nacían cada vez un niño y un pájaro... unos y otros se envidiaban secretamente, los hombres envidiaban las alas de las aves, y los fénix envidiaban las hábiles manos de los hombres, pero esto no enturbiaba la amistad que había entre ambos, gracias a la cual vivían en armonía...


De las propriedades que tienen los buitres llamados en algunos lugares "ave fénix", in Andrés Ibáñez : La música del mundo o el efecto Montoliu (1995)

3 commentaires:

Andrés Ibáñez a dit…

Estoy intrigado por esta bellísima página y por las imágenes, casi todas representaciones del paraíso. Me ha emocionado encontrar aquí a mi ave fénix, una de las criaturas más raras de mi parque Servadac. ¿Por qué hay tan pocos que recuerdan y buscan el paraíso?

Sel et Soufre a dit…

Estoy sin voz a ver aquí escribiendo el autor de Varick. Andrés Ibáñez, sabes que eres un escritor sin par, y tus novelas las que más admiro (antes Bulgakov, Haruki Murakami, Harry Mulisch, Timothy Findley). Hablas de confluencias, y fijáte : este lunes, estaba buscando informaciones sobre ti en la red, leía tus comunicados de la Tortuga, y pensé : ¿existe un blog de Andrés Ibáñez? Busqué en Google : "blog Andrés Ibáñez" pero no te encontré, y con razón, ya que faltaba un día para que crees tu blog... Y ahora vienes aquí, llamado por tu fénix... ¿Confluencias, no? Algo del Anima Mundi, o Corpus Mundi, algo que parece sincronicidad... No imaginas mi placer, el orgullo que nace dentro de mi a ver tu nombre en este comentario. En cada lectura de tus libros, pensaba en escribirte, pero no me atrevía. El mundo imaginal de tus novelas, tus imágenes, lo guardo vivo dentro de mi memoria, con mis experiencias más preciosas. Gracias.

Andrés Ibáñez a dit…

Michäel:



Vi tu icono de Triplex Nomine en mi página recién creada, pero no conseguí abrir tu comentario. Sí, hay algo que no funciona bien.

Te agradezco mucho tus palabras sobre mis libros. Creo que la fascinación es mutua, porque tus cuadros y viñetas me gustan mucho. Hay muchas cosas que tenemos en común: la atracción por las imágenes del locus amoenus, por ejemplo, y por las tempranas representaciones del paraíso (las que se encuentran en la pintura gótica alemana, por ejemplo, y no digamos en la de todo el renacimiento), por la alquimia y las imágenes de la alquimia y también, supongo, por Henry Corbin (la palabra "imaginal" te ha traicionado).

De mi estancia en la universidad (estudié filología hispánica) lo más importante fue el descubrimiento en profundidad del renacimiento. Pico della Mirandola, Ficino, Petrarca (el Secretum), Tasso, Ariosto, la literatura de emblemas, el Polifilo, pero también el encuentro con una tradición que era española y también europea y también intensamente imaginativa.
En España la imaginación es considerada cosa de ingenuos o "escapistas". Estamos todavía dominados por el paradigma política-sufrimiento-intelecto.
Me siento feliz por este encuentro, Michäel.

Andrés Ibáñez